Salud
09 marzo, 2023
El suero inmunológico es un medicamento inyectable que se utiliza para prevenir y tratar enfermedades infecciosas. Está formulado como una solución acuosa o fluido orgánico preparado a partir de la sangre de animales, como caballos y bovinos, inmunizados contra una variedad de antígenos. Los sueros se producen en los laboratorios del equipo médico a través del paso a paso descrito a continuación.
Para producir suero, se recogen primero los animales destinados a la obtención de suero. Estos incluyen caballos, bovinos, conejos y otros animales. Los animales reclutados deben ser sanos y estar exentos de enfermedades infecciosas y patógenos. Los animales sanos y libres de enfermedades se someten a exámenes y se les coloca una etiqueta con el estatus de salud antes de ser alojados en una instalación de granja.
Una vez reunidos los animales, el equipo veterinario se encarga de inmunizarlos para fabricar el suero inmunológico. Esto implica la administración de una dosis de la toxina patógeno de origen por vía intravenosa o intramuscular. Esta toxina se ha desactivado previamente para evitar que el animal contraiga la enfermedad. La dosis de toxina inmuniza eficazmente al animal y provoca la formación de anticuerpos secretados en la sangre.
Una vez completada la inmunización de los animales, los veterinarios proceden a extraer sangre de la vena cefálica de los animales. El proceso de extracción es indoloro y se realiza con frecuencia bajo anestesia local. El uso de una jeringa hipodérmica segura asegura que el animal no resulte herido durante la extracción. El plasma obtenido se separa de los glóbulos rojos sumergiendo la muestra de sangre en un sedimentador o centrifugadora.
Una vez purificado el plasma sanguíneo, se admite vacío y se somete a una etapa en la que se reduce la concentración de agua mediante la técnica de liofilización. El producto final consiste en la materia seca del suero concentrado que posee un alto contenido de anticuerpos protéicos causados por la inmunización previa.
El proceso de envasado se completa con precaución para mantener la calidad del producto. El suero se coloca en frascos libres de microorganismos y se limpian y desinfectan antes de sellarlos herméticamente para evitar la contaminación. Una vez sellados, los frascos se rotulan y etiquetan con la identificación adecuada.
Al final del envasado, el suero inmunológico debe someterse a varias pruebas de calidad. Estas pruebas verifican que los niveles de anticuerpos son los adecuados para prevenir y tratar enfermedades infecciosas. El suero también se examina para detectar la presencia de microorganismos y componentes nocivos para el organismo. Si el producto cumple con todos los requisitos sanitarios, se autoriza su uso en un laboratorio clínico.
Una vez aprobado, el suero inmunológico se empaqueta para su distribución. El empaque se completa con varias capas para garantizar que el producto no sea expuesto a agentes externos en el momento de la distribución. La última capa protectora se completa con papel burbuja, cartón y plástico para proteger el producto y asegurar el correcto transporte de los sueros a los centros de distribución finales.
Al final del proceso de fabricación, el suero inmunológico se pone a disposición de equipos médicos certificados para su uso eficaz en tratamientos clínicos. Esto garantizará que los pacientes reciban los tratamientos necesarios para combatir las enfermedades infecciosas.
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