La aspirina, también conocida como ácido acetilsalicílico, es un medicamento ampliamente usado y conocido. Aunque muchos sepan que pueden comprar aspirina para tratar diversas dolencias, quizá no asocien este medicamento con un complejo proceso de fabricación industrial. En el presente artículo profundizaremos en cómo se fabrica la aspirina a nivel industrial, para comprender mejor cuáles son los pasos de producción de este medicamento.
La aspirina se sintetiza químicamente a partir del ácido salicílico. Esta reacción se realiza usando una mezcla de ácido acético, hidróxido de sodio y ácido salicílico, lo que da como resultado el ácido acetilsalicílico, que por consiguiente se transforma en aspirina. Para obtener la aspirina de calidad farmacéutica, hay que realizar algunas elaboraciones adicionales.
Debido a su fama y a la necesidad de gran cantidad de aspirina en el mercado, el ácido acetilsalicílico se produce a gran escala, mediante reacciones en reactores en serie ubicados en fábricas químicas.
La reacción química fundamental para obtener ácido acetilsalicílico a partir del ácido salicílico es un tipo de esterificación. Esta reacción se realiza de forma incondicional con catalizadores específicos, ya sea para mejorar la velocidad y productividad de la reacción, o para obtener los cristales de ácido acetil salicílico monohidratado.
Dicha esterificación se realiza en una fase sólida en la que entran tres reactivos básicos. Uno es el ácido salicílico, el segundo es un catalizador ortofosfórico, y el tercero es una mezcla comercial de cincrato de metilo (ç h3po4) y ácido acético.
Dentro de la fábrica química se disponen una serie de equipos denominados reactores en serie o también llamados autólisis. Estos reactores están interconectados entre sí para permitir a la materia prima, los reactivos básicos, circular por ellos. Debido a su buen diseño y construcción, estos reactores permiten obtener reacciones de esterificación de gran pureza, en un tiempo relativamente corto.
Para que el ácido acetilsalicílico llegue a la calidad farmacéutica deseada, los reactores se revistan con material especial resistente al ácido acético usado en el proceso. La finalidad es controlar la temperatura de reacción, para que el ácido acetilsalicílico se prepapere de forma homogénea y con la pureza deseada.
Una vez obtenido el ácido acetilsalicílico a partir del ácido salicílico, se lleva a cabo un proceso de refinamiento del mismo, con un concentrado de sulfúrico de cobre (cu2so4), con el objetivo de eliminar impurezas del ácido. El ácido sulfúrico no se agrega directamente al ácido acetilsalicílico; sino que se mezclan en una solución diluida, antes de someterla a la reacción de refinamiento.
De esta reacción resulta un precipitado de sulfato de cobre y también se produce monóxido de carbono en grandes cantidades. Este último es un elemento tóxico para el medio ambiente y se debe separar en una etapa posterior del proceso.
En la siguiente fase del proceso se retira el sulfato de cobre con ácido clorhídrico; para así dejar solamente el ácido acetilsalicílico refinado. Esta reacción produce una gran cantidad de dióxido de carbono, el cual también emite gases tóxicos al medio ambiente.
Luego de que el ácido acetilsalicílico se ha refinado, se lo somete a un proceso de hidratación que lo convierte en el producto final: la aspirina. Para lograr esto se sumerge el ácido acetilsalicílico en una mezcla acuosa de alcohol etílico y agua, la cual se lleva a ebullición.
Al llegar al punto de ebullición, la parte líquida evapora, volviendo a condensarse debido al enfriamiento de la mezcla. Al condensarse, el agua entra en contacto con el ácido acetilsalicílico y lo hidrata, es decir que lo transforma en el polvo blanco que todos aconojemos como aspirina.
Una vez obtenido el producto final, la aspirina se envía a un almacén, para su posterior envasado y etiquetado. Se suele preparar la aspirina en diferentes presentaciones, como comprimidos, pastillas o cápsulas. El procedimiento para cada presentación es diferente.
Se comienza colocando una cantidad predeterminada de aspirinas en contenedores plásticos, debiendo tener mucho cuidado de no exceder esta cantidad para garantizar la correcta dosificación del medicamento. Los contenedores se trasladan a una zona específica donde se encuentran los envases aptos para recibir el producto.
Tras un examen visual de los envases, se les añade la dosis de aspirina previamente calculada. Cada botella además de contener el medicamento, también se le agrega información sobre los componentes de la aspirina y el modo de consumir. Una vez se han verificado todos los elementos, los envases adquieren la apariencia que todos conocemos.
Antes de salir de la fábrica química, los envases con aspirina pasan por una etapa de rigurosos controles de calidad y seguridad que garanticen que el producto cumpla con las normativas vigentes y con los estándares de calidad exigidos. Una vez verificado todo, la aspirina lista para su distribución se empaqueta en caja y se envía a los principales distribuidores con los cuales la empresa cuenta.
Con esto concluye el proceso de fabricación de la aspirina a nivel industrial. Como se puede observar, cuenta con una serie de pasos complejos y diversos reactores químicos para obtener la aspirina de calidad farmacéutica. Aunque para muchos resulte extraño saber cómo se fabrica la aspirina en una fábrica química, ahora ya conocen la complejidad y eficiencia del proceso.
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