Alimentación
27 febrero, 2023
La manteca es una producto básico que se obtiene mediante el proceso de selección y refinamiento del aceite vegetal. Esto produce un aceite comestible limpio, claro y sin olor.
Por su naturaleza grasosa, la manteca puede ser usada en varias recetas culinarias, desde postres, hasta platos principales. Por ello, es importante entender cómo se fabrica para cumplir con un alto, y óptimo, nivel de calidad.
La producción de manteca comienza con la recepción de los granos de la materia prima en el almacén. Esta materia prima puede ser el aceite o la grasa, y es importada o producida en las plantas.
El operador controla la calidad de los granos al inspeccionarlos antes de enviarlos al sistema de limpieza. Esta etapa es necesaria para eliminar impurezas y otros materiales que puedan estar presentes en la materia prima. Una vez los granos son limpiados, tienen que ser seleccionados cuidadosamente según un tamiz para establecer parámetros de tamaño. Los granos pequeños son separados de los grandes.
Una vez que los granos han sido seleccionados con precisión, son enviados a los equipos donde son procesados mediante el uso de solvente. Esto permite extraer el aceite primario de los granos.
Esta forma de extraer el aceite se conoce como "trituración con solvente". Esto une el aceite con los solventes al mismo tiempo que remueve una capa de impurezas llamadas acides por lo que el aceite así obtenido ya no tiene aquellos compuestos. El aceite resultante es muy versátil, ya que se puede usar para muchas cosas aparte de la producción de manteca.
Ahora viene la parte divertida: La producción de la verdadera manteca. El aceite primario obtenido en la etapa anterior se somete a inyección de vapor a alta temperatura para vaporizar los solventes y así separarlos del aceite. Esta etapa también evapora el agua contenida en el aceite, por lo que el aceite resultante está libre de solventes y agua.
Una vez el aceite ha sido lavado para remover las impurezas, éste pasa a una centrifuga que separa la fase líquida (de menor peso) de la fase grasosa sólida. El líquido resultante es el aceite de segunda extracción. Durante este proceso, los solidos se dejan atrás, y éstos son los que contienen la manteca.
La manteca obtenida en la etapa anterior se somete a una serie de tratamientos y refinamientos para remover los restantes glicéridos y subproductos. Esto produce un aceite de manteca de muy buena calidad.
Durante esta etapa, se realiza la destilación fraccional para modificar la composición de los ácidos grasos contenidos en la manteca, lo cual mejora la estabilidad y calidad del producto final.
Una vez el producto ha sido refinado adecuadamente, recibe un filtrado con un tamiz fino para remover los últimos restos de impurezas solubles y para conseguir una manteca clara y limpia.
El último paso en el proceso de fabricación de manteca es el embalaje y etiquetado. El aceite de manteca se embala en frascos de diversos tamaños, botellas PET, tarros, tubos de metal, etc. Estos envases vienen pre etiquetados con los requisitos legales como: el nombre del producto, peso neto, fecha de vencimiento, etc.
Una vez los envases están cargados con el producto, salen del ensamblador y son enviados al área de embalaje, donde son pesados, revisados y empacados, para finalmente ser enviados a sus destinos.
La fabricación de manteca a nivel industrial considera procesos de tecnología avanzadas como, la extracción de aceite primario mediante la trituración con solvente, la separación del aceite y la fase grasosa sólida, y la eliminación de subproductos y los ácidos grasos para producir un aceite de manteca de altísima calidad.
Este aceite de calidad se envasa y etiqueta previo a ser transportado al destino. Estos pasos establecidos garantizan la obtención de un producto de primera calidad, el cual se considerará de excelente valor para la economía global.
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